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El bailarín de la muerte historia de terror Gótico

 El bailarín de la muerte: una historia de terror gótico

Inicio

Adrián era un joven bailarín que tenía una gran pasión por el arte y la belleza. Era un chico talentoso, elegante y carismático, que se había formado en las mejores escuelas de ballet del mundo. Un día, recibió una invitación para participar en una obra que se iba a estrenar en un antiguo teatro de París, que había sido restaurado después de años de abandono. Adrián aceptó la invitación, sin saber que ese teatro escondía un secreto oscuro y terrible, que lo arrastraría a una pesadilla sin fin.

 Desarrollo

Adrián llegó a París, y se instaló en un hotel cercano al teatro. Allí conoció al director de la obra, un hombre misterioso y excéntrico, que se hacía llamar el Conde. El Conde le explicó que la obra se titulaba "El bailarín de la muerte", y que era una adaptación de una leyenda medieval, que narraba la historia de un bailarín que se enamoraba de una princesa, pero que era rechazado por su padre, el rey. El bailarín, desesperado, hacía un pacto con el diablo, que le concedía el poder de bailar como nadie, pero a cambio le exigía que cada noche matara a una persona, y que le ofreciera su sangre y su alma. El bailarín aceptaba el trato, y se convertía en un asesino despiadado, que seducía y mataba a sus víctimas con sus pasos de baile. El Conde le dijo a Adrián que él iba a interpretar el papel del bailarín, y que estaba seguro de que iba a ser un éxito.

Adrián se sintió halagado, y se preparó para el papel con entusiasmo. Sin embargo, a medida que pasaban los días, Adrián empezó a notar cosas extrañas en el teatro. A veces, veía sombras que se movían por los pasillos, o escuchaba voces que susurraban su nombre. Otras veces, sentía que alguien lo observaba desde las butacas, o desde el escenario. Adrián pensó que eran alucinaciones, causadas por el estrés y el cansancio, pero pronto se dio cuenta de que había algo más.

Una noche, cuando Adrián estaba ensayando en el escenario, vio que había una mujer sentada en una de las butacas. Era una mujer hermosa, de pelo rubio y ojos azules, que lo miraba con una sonrisa seductora. Adrián se acercó a ella, y le preguntó quién era. La mujer le dijo que se llamaba Isabelle, y que era una admiradora suya. Le dijo que había venido a verlo bailar, y que le encantaba su arte. Adrián se sintió atraído por ella, y le propuso que salieran juntos. Isabelle aceptó, y se fueron del teatro.

Adrián e Isabelle pasaron una noche de pasión, en la que se entregaron el uno al otro. Adrián se enamoró de ella, y pensó que había encontrado a la mujer de su vida. Sin embargo, al día siguiente, cuando se despertó, se llevó una horrible sorpresa. Isabelle estaba muerta, y su cuerpo estaba cubierto de heridas. Adrián se horrorizó, y no pudo entender lo que había pasado. ¿Había sido él el que la había matado? ¿O había sido alguien más? Adrián entró en pánico, y huyó del hotel, dejando el cadáver de Isabelle en la cama.

Adrián volvió al teatro, y se encontró con el Conde, que lo estaba esperando. El Conde le dijo que sabía lo que había hecho, y que no se preocupara. Le dijo que él era el responsable de todo, y que le había tendido una trampa. Le dijo que él era el diablo, y que había hecho un pacto con él, sin que él lo supiera. Le dijo que le había concedido el poder de bailar como nadie, pero a cambio le exigía que cada noche matara a una persona, y que le ofreciera su sangre y su alma. Le dijo que Isabelle había sido la primera, pero que no sería la última. Le dijo que él era el bailarín de la muerte, y que no podía escapar de su destino.



Final

Adrián se quedó sin habla, y no pudo creer lo que escuchaba. Le preguntó al Conde cómo era posible, y por qué le había hecho eso. El Conde le dijo que lo había hecho por diversión, y porque le gustaba jugar con los humanos. Le dijo que él había sido el autor de la leyenda medieval, y que le había gustado tanto, que había decidido recrearla en la realidad. Le dijo que él había elegido a Adrián, porque era el bailarín perfecto, y porque tenía una belleza que contrastaba con su crueldad. Le dijo que él había sido el que le había enviado a Isabelle, y que le enviaría a muchas más. Le dijo que él tenía el control de su vida, y que no podía hacer nada para evitarlo.

Adrián se sintió impotente y desesperado, y le rogó al Conde que lo dejara en paz. Le dijo que no quería matar a nadie, y que no quería perder su alma. Le dijo que solo quería bailar, y ser feliz. El Conde se rió, y le dijo que era demasiado tarde. Le dijo que ya no tenía elección, y que tenía que cumplir con su pacto. Le dijo que esa noche iba a ser el estreno de la obra, y que tenía que bailar como nunca. Le dijo que esa noche iba a morir mucha gente, y que él iba a ser el responsable. Le dijo que esa noche iba a ser su última noche, y que luego se iría con él al infierno.

Adrián se resignó, y se preparó para el estreno. Se puso el traje del bailarín de la muerte, y se dirigió al escenario. Allí lo esperaba el Conde, que hacía el papel del rey, y una multitud de espectadores, que habían venido a ver la obra. Adrián empezó a bailar, y se dejó llevar por la música y por el ritmo. Bailó con una gracia y una fuerza que nadie había visto antes, y cautivó a todos con su arte. Sin embargo, mientras bailaba, también mataba. Con cada paso, con cada giro, con cada salto, Adrián clavaba un puñal en el corazón de alguien. Mató al Conde, que se desplomó en el suelo. Mató a la bailarina que hacía el papel de la princesa, que cayó en sus brazos. Mató a los otros bailarines, que yacían en el escenario. Mató a los espectadores, que gritaban y huían. Mató a todos, sin piedad ni remordimiento. Mató, hasta que no quedó nadie vivo.

Adrián terminó su baile, y se quedó solo en el escenario, rodeado de cadáveres. Se sintió vacío y triste, y se arrepintió de lo que había hecho. Lloró, y pidió perdón. Pero nadie lo escuchó. Solo el Conde, que se levantó de entre los muertos, y se acercó a él. El Conde le dijo que había sido un gran espectáculo, y que estaba orgulloso de él. Le dijo que había cumplido con su pacto, y que ahora era suyo. Le dijo que era hora de irse, y que lo esperaba el infierno. Le dijo que allí seguiría bailando, pero que nunca más sería feliz. Le dijo que allí sería el bailarín de la muerte, por toda la eternidad.

Resumen de el bailarín de la muerte historia de terror Gótico 

Esta es una historia de terror gótico sobre un joven bailarín que es engañado por el diablo, que le concede el poder de bailar como nadie, pero a cambio le exige que cada noche mate a una persona, y que le ofrezca su sangre y su alma. La historia se titula "El bailarín de la muerte", y pretende generar miedo, suspenso, terror y ganas

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