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Un ritual en El Bosque de los Lamentos historia de terror

 

“Un ritual sangriento El Bosque de los Lamentos”

En lo profundo de los bosques nórdicos, donde los árboles se entrelazan como huesos retorcidos y las sombras susurran secretos antiguos, existe un lugar temido por los lugareños: El Bosque de los Lamentos. Nadie se aventura allí después del anochecer, y aquellos que lo hacen, nunca regresan.

La leyenda cuenta que hace siglos, un culto pagano realizaba un ritual siniestro en ese bosque. El Ritual Sangriento, como lo llamaban, era una ofrenda a los dioses oscuros. Los aldeanos sacrificaban a los más impuros: aquellos cuyos corazones albergaban secretos inconfesables o deseos prohibidos. Los elegidos eran arrastrados hasta el corazón del bosque, donde los árboles parecían retorcerse en agonía.

El líder del culto, un hombre con ojos hundidos y una sonrisa macabra, dirigía la ceremonia. Las víctimas eran atadas a los troncos, sus gargantas abiertas con cuchillos de obsidiana. La sangre fluía como ríos, empapando la tierra y alimentando las raíces hambrientas. Los dioses, invisibles pero omnipresentes, observaban desde las sombras.

Se decía que aquellos que participaban en el ritual adquirían poderes sobrenaturales. Algunos afirmaban haber visto figuras espectrales danzando entre los árboles, sus ojos brillando como brasas. Otros hablaban de voces susurrantes que les prometían conocimientos prohibidos y deseos cumplidos.



Pero el precio era alto. Los iniciados en el culto envejecían prematuramente, sus almas consumidas por la oscuridad. Se volvían insensibles al dolor y a la empatía, sus risas resonando como el eco de huesos rotos. Y cuando llegaba su hora final, sus cuerpos se desvanecían en el aire, dejando solo manchas de sangre en la tierra.

Un grupo de amigos, ajenos a la leyenda, decidió hacer una caminata por los bosques. Buscaban aventura y emoción, pero encontraron algo mucho más aterrador. Uno de ellos se torció el tobillo y, para evitar la lluvia, tomaron un atajo hacia El Bosque de los Lamentos. Allí, en la cabaña abandonada, comenzaron a tener visiones: sombras que se retorcían, susurros que helaban la sangre y señales esotéricas talladas en la madera.

El líder del culto, aún vivo después de siglos, los observaba desde las sombras. Los había elegido como nuevos iniciados. Pero esta vez, los amigos no eran tan inocentes. Sus secretos y deseos oscuros los habían llevado al corazón del bosque. Y mientras la luna se alzaba sobre los árboles retorcidos, comenzó El Ritual Sangriento una vez más.


¿Qué precio estarían dispuestos a pagar por el poder? ¿Qué secretos revelaría la sangre derramada? Solo aquellos que se aventuran en las profundidades del bosque descubrirán la verdad… y tal vez, nunca regresen.

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