LA sobra del pasado : El abismo Saliente Historia corta de Terror
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La Sombra del Pasado: El Abismo Silente
En las profundidades de los Andes, donde la niebla se enreda entre los cedros centenarios y los rÃos susurran secretos ancestrales, yace un pueblo olvidado llamado San Sebastián. Sus calles empedradas esconden más que simples leyendas; allÃ, la sombra del pasado se alza como un espectro insaciable.
CapÃtulo I: El Reloj de la Torre
En la plaza central, la antigua torre del reloj se alza como un centinela de piedra. Su campana, fundida en la Edad Media, tañe cada medianoche, anunciando el inicio de un macabro ritual. Los lugareños, con ojos vidriosos y almas cargadas de culpa, se reúnen en cÃrculo. La luna llena ilumina sus rostros demacrados mientras entonan cánticos en una lengua olvidada.
Roberta, la anciana bruja del pueblo, dirige la ceremonia. Sus ojos ciegos brillan con una luz sobrenatural. Sabe que el abismo silente se abrirá, liberando a los espÃritus atrapados entre dimensiones. Los aldeanos, temerosos pero ansiosos, ofrecen sus ofrendas: sangre de cordero, cabellos trenzados y lágrimas de arrepentimiento.
El reloj marca las doce. La campana resuena con un eco escalofriante. La tierra tiembla. La sombra del pasado emerge: Severiano, un noble despiadado que gobernó San Sebastián siglos atrás. Su rostro está desfigurado por la venganza y la avaricia. Arrastra cadenas oxidadas, arrastrando consigo los pecados de su linaje.
Roberta se adelanta, sosteniendo un cuchillo ceremonial. La multitud se arrodilla. El anciano Raymundo Alcocer, último descendiente de los opulentos Alcocer, tiembla al ver la figura espectral. Sabe que su familia está maldita, condenada a pagar por los crÃmenes de Severiano.
El abismo silente se traga a Raymundo. Su grito se pierde en la oscuridad. El reloj de la torre se detiene. El pacto está sellado: la sombra del pasado se alimentará de las almas de San Sebastián hasta que la última gota de sangre purifique la tierra.
EpÃlogo: El Eco Eterno
Los turistas evitan San Sebastián. Los mapas no mencionan su existencia. Pero los viajeros curiosos, atraÃdos por la leyenda, se aventuran en sus calles desiertas. AllÃ, en la plaza central, el reloj de la torre sigue marcando las horas, aunque nadie lo escuche.
La Sombra del Pasado persiste, acechando en las sombras. Los aldeanos susurran que, si escuchas atentamente, puedes oÃr los lamentos de Raymundo y los pasos arrastrados de Severiano. El abismo silente espera, hambriento de nuevas almas.
Y tú, querido lector, ¿te atreverÃas a enfrentarte a la sombra del pasado? ¿O preferirÃas ignorarla y seguir tu camino, con la certeza de que el reloj de la torre nunca dejará de marcar el tiempo en San Sebastián?
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